lunes, 21 de abril de 2014

Alteraciones de conducta de los niños adoptados

Barcelona (Redacción de Vivirmejor.com).- En los últimos años, en las consultas de psiquiatría y de psicología de la infancia y la adolescencia se atienden más casos de alteraciones en niños adoptados. Presentan diferentes patologías, pero la dificultad asociada es que no se conocen los antecedentes de sus padres biológicos y poco su historial médico y las experiencias vitales de sus primeros años de vida. En algunos  casos no se sabe la edad exacta del niño, ya que en algunos países se acostumbra a aumentar en unos meses la edad del niño para facilitar la adopción rápida.La Dra. Conxita Puig, psiquiatra infanto-juvenil y especialista en trastornos de niños adoptados, nos explica más sobre el comportamiento y determinadas alteraciones psiquiátricas de los niños en esta situación.
¿Cuáles son las alteraciones psiquiátricas que ven más a menudo en estos niños adoptados?
Durante los primeros años de vida preocupan especialmente los trastornos del desarrollo o del crecimiento, puesto que en edades tempranas son los más evidentes.
Por lo tanto los padres en este momento se fijan en todos aquellos problemas que puedan estar relacionados con un desarrollo físico y motriz correcto.  Estarán atentos a su crecimiento y salud física así como al inicio de la marcha o del lenguaje.
Por otra parte, la mayor parte de los niños adoptados en España o Cataluña provienen de otros países y por lo tanto son niños que si todavía no  hablaban, en general empezaban a comprender el idioma de su país de origen. En este aspecto llama la atención la rapidez de los niños en olvidar su lengua de origen y adaptarse al idioma de sus padres adoptivos
¿Ante qué conductas los padres se alertan y buscan solución en el especialista?
Durante los primeros años los padres pueden valorar como señales de alerta los problemas de crecimiento y desarrollo y también los problemas de conducta y de aprendizaje.
En los primeros cursos de primaria algunos niños presentan síntomas de déficit de atención o de hiperactividad  ya que con bastante frecuencia los niños adoptados tienen dificultades para mantener la atención.
En la adolescencia se pueden manifestar trastornos del vínculo. ¿Por qué aparecen y cómo se manifiestan?
Los trastornos del vínculo están relacionados con las experiencias en los primeros años de vida. No debemos olvidar que los niños adoptados sufren en los primeros días de su vida un primer abandono, junto con los problemas que sus madres biológicas puedan padecer, como falta de recursos económicos para hacerse cargo de su hijo, enfermedades y conductas adictivas que les hacen imposible cuidar de ellos.
Más adelante pasan a estar institucionalizados en centros en los que es difícil mantener un vínculo afectivo con un cuidador puesto que el intercambio de personal es constante. La mayor parte de las veces reciben pocos cuidados higiénicos, nutricionales e incluso malos tratos físicos o  sexuales.
Todo ello conduce a que el niño en sus primeros años de vida no establezca vínculos de seguridad con ningún adulto responsable y las relaciones con los adultos son de inseguridad y de desconfianza.
Cuando los niños llegan a sus familias adoptivas, el cambio de condiciones respecto a los cuidados nutricionales, higiénicos y de afecto hacen que el niño se adapte rápidamente.
Más adelante, durante la adolescencia, que es la etapa de la vida en la que el chico o chica se relaciona más a nivel social, es cuando aparecen de forma más evidente las dificultades de relación.
Pueden manifestarse con actitudes de desconfianza hacia los demás o todo lo contrario, con una actitud de confianza excesiva en personas desconocidas, cosa que les puede conducir a tener conductas arriesgadas.
Otras veces la dificultad para empatizar con los demás, como padres o amigos, puede ser el indicador de un trastorno del vínculo.
¿Las experiencias traumáticas vividas los primeros meses y años de vida se manifiestan en la adolescencia?
Pueden manifestarse a cualquier edad, pero dado el aumento de las relaciones sociales durante la adolescencia, es cuando pueden manifestarse de forma más evidente.
A menudo sienten miedo a no ser aceptados por los demás, y a sufrir de nuevo el abandono de sus padres adoptivos y más tarde de las personas con las que se relacionan: grupos de iguales o profesores.
¿Cómo se comportan los niños que tienen miedo a no ser aceptados?
Una vez más, podemos observar actitudes que pueden parecer contrarias aunque respondan a un mismo sentimiento de miedo al rechazo.
Pueden presentar conductas de retraimiento social, evitación de las relaciones, hipersensibilidad a los comentarios de los demás y con tendencia a vivirlos de forma crítica.
En otros casos pueden intentar hacer cosas para  agradar a los demás tanto con su comportamiento como con su aspecto físico o arreglo  personal. Atienden exageradamente a las señales de los demás respecto a la posibilidad de que les  aprueben  o no. Necesitan sentirse queridos por todos y en todo momento y hacen lo posible por conseguirlo incluso pasando por encima de sus propias necesidades.
Ante los problemas de conducta, ¿cómo deben actuar los padres?
Hay que evitar valorar los problemas de conducta, exclusivamente, como conductas que puedan ser objeto de castigo o premio.
Aunque en algunas ocasiones los padres puedan censurar o castigar una conducta, habrá que valorar si estas, están relacionadas con un vínculo inseguro, ya que en este caso habrá que tratarlo de forma específica.
Posiblemente los padres necesiten alguna ayuda profesional para trabajar  aspectos psicológicos como la mejora de la conciencia de las propias emociones  e inseguridades y la expresión de estas.
¿Y cómo se abordan este tipo de alteraciones en niños adoptados?
Las alteraciones del vínculo hay que tratarlas desde un punto de vista psicológico atendiendo a las emociones del niño.
En algunas ocasiones, técnicas como el EMDR, que es una técnica de desensibilización de experiencias traumáticas, nos puede ser útil. En el caso de trastornos afectivos o de ansiedad, los fármacos pueden ayudarnos, aunque nunca sustituyen el abordaje psicológico.
En el trastorno de atención TDA H parece demostrado que la medicación, aunque puede ser efectiva, generalmente da menos resultados que en otros casos de TDA H.
Por esta razón no está justificado dar dosis muy altas  de medicamento, cuando la respuesta al tratamiento farmacológico es pobre. Una vez más habrá que recurrir a ayudas psicológicas o pedagógicas junto con el fármaco.
La información proporcionada ha sido planteada para apoyar, no reemplazar, la relación directa que existe los pacientes/visitantes de este sitio web y su médico. Si tiene problemas de salud, consulte a su médico.

(Fuente: La Vanguardia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario